En un paso que busca una mayor integración geopolítica internacional, Argentina ha solicitado formalmente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) convertirse en uno de sus «socios globales». La petición fue presentada por el ministro de Defensa argentino, Luis Petri, con el objetivo explícito de fortalecer los lazos con Estados Unidos y la Unión Europea.
Este movimiento estratégico llega apenas dos días después de que Argentina confirmara la adquisición de 24 aviones de combate F-16 a Dinamarca, una transacción que cuenta con el respaldo de Washington. Esta operación es un claro indicador del estrecho vínculo que el gobierno del presidente argentino, Javier Milei, ha cultivado con la administración estadounidense.
En una reunión con el secretario general adjunto de la OTAN, Mircea Geoana, Petri entregó una carta que expresa la intención de Argentina de convertirse en socio global de la organización. Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, esta solicitud tiene como objetivo «elevar las capacidades militares» del país.
Los «socios globales» de la OTAN son naciones con las cuales la Alianza coopera de manera individual, algunas de las cuales han participado activamente en operaciones militares de la organización. Según la propia organización transatlántica, «las consultas políticas y el intercambio de inteligencia son fundamentales para la forma en que la Alianza trabaja con sus socios globales».
Actualmente, los «socios globales» de la OTAN incluyen a Australia, Colombia, Irak, Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán. Es importante señalar que la asociación entre la OTAN y Afganistán está suspendida debido a preocupaciones de seguridad.
Esta solicitud de Argentina refleja una clara estrategia de diversificación y fortalecimiento de sus relaciones internacionales. Al buscar convertirse en socio global de la OTAN, Argentina no sólo busca reforzar su posición en el escenario internacional sino también consolidar su papel como actor clave en la seguridad regional y global.
Con esta solicitud, Argentina busca no solo fortalecer sus lazos con Estados Unidos y la UE, sino también jugar un papel más activo y constructivo en la política internacional. Este paso podría marcar un nuevo horizonte en la política exterior argentina, abriendo puertas a una mayor cooperación y diálogo en temas de seguridad y defensa a nivel global.
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