Paulina Morán vivió en Esauira, Marruecos, el poderoso terremoto que ha dejado más de dos mil muertos en ese país. La ciudad está cerca de donde fue el epicentro, próximo a Marrakech.
La joven, de 26 años y originaria de San Luis Potosí, recordó a El Universal que estaba afuera de un Airbnb, de tres pisos, que rentó con amigos de Marruecos y de Francia cuando comenzó el terremoto, entre las 11 y la medianoche.
Estaba en un automóvil cuando el movimiento telúrico inició. “Es la primera vez que sentí algo así”, recordó la joven, quien está en Esauira, una ciudad portuaria y turística situada en la costa atlántica.
Detalló que estaba en el estacionamiento y luego está la villa donde se ubica el Airbnb en el que se hospeda, y al sentir el terremoto, “la gente empezó a salir. Las autoridades decían que salieran”. Mencionó que tras el sismo, “estuvimos en la calle hasta las seis de la mañana. Salieron hasta con sus cobijas. Estábamos esperando una réplica, que no hubo”. Narró que todos salieron rápidamente, incluso había personas con poca ropa, que salieron así por las prisas.
“Todo mundo está muy sacado de onda”, indicó la joven, que describió que “los edificios no están preparados para este tipo de eventualidades, hay daños y escombros”.
Agregó que afortunadamente “no hubo muchos heridos ni muertos” en la zona donde se ubica, sólo un lesionado y no de gravedad, a diferencia de otras ciudades.
La joven mexicana, que vive en París, añadió que para sus amigos de Marruecos: “es algo histórico, no habían sentido algo así. Esto puede ser un parteaguas” en la forma en que se hacen los edificios.
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