KFC ha comenzado a utilizar vehículos autónomos en Shanghái, China, para la venta de sus productos, especialmente pollo frito. Estos vehículos, desarrollados en colaboración con la empresa china Neolix, permiten a los consumidores realizar pedidos y recoger su comida sin necesidad de contacto con personas o intervención humana.
Estos autos eléctricos, conocidos como SLV11, funcionan con conexión 5G y están diseñados para operar de manera independiente. Los clientes pueden interactuar con una pantalla táctil, realizar sus pagos mediante códigos QR, y recoger su pedido abriendo una puerta automatizada.
Esta iniciativa ha sido captada por usuarios del metro en una estación de metro en Shanghái y compartida en redes sociales.
El modelo autónomo tiene la capacidad de recorrer hasta 100 kilómetros con una sola carga y sus baterías son intercambiables, lo que permite un cambio rápido en solo 30 segundos.
Durante la pandemia, este tipo de vehículos se utilizó también para desinfectar espacios públicos, lo que demuestra su versatilidad más allá del sector alimentario.
La introducción de esta tecnología busca reducir el contacto físico, alineándose con las medidas de seguridad que se popularizaron tras el COVID-19. Aunque aún no está claro si esta es una estrategia a largo plazo de KFC o una prueba de mercado, el uso de vehículos autónomos refleja un paso más hacia la automatización en la industria de la comida rápida.
Hasta el momento, no se ha confirmado si esta modalidad llegará a otros mercados, pero la experiencia en Shanghái está generando expectativas sobre cómo esta tecnología podría cambiar el futuro de la venta de alimentos en entornos urbanos.
You must be logged in to post a comment Login