El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, en su reporte Prevalencia de Obesidad, Hipertensión y Diabetes para los Municipios de México 2018, coloca a lugares de San Luis Potosí con una alta prevalencia de obesidad lo que deriva en otras circunstancias de salud.
No obstante, por un lado, sobresalen la zona norte y toda la zona costera de la República Mexicana, incluyendo la península de Yucatán, y por el otro, destacan los niveles bajos de Obesidad en zonas como la Sierra del Nayar, la Sierra Tarahumara (tanto en su parte alta y baja), así como algunos municipios pertenecientes a los estados de Oaxaca, Chiapas, Hidalgo y San Luis Potosí.
Del Estado potosino se menciona que los municipios de la capital y de Guadalcazar son los dos considerados con alta prevalencia de obesidad, además se destaca a los municipios de Soledad de Graciano Sánchez, Villa Hidalgo y San Luis Potosí por sus altos niveles de hipertensión, otro dato que reporta es que la cabecera municipal sobresale por problemas de diabetes.
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, (Issste), reafirma el compromiso de abatir el problema de la obesidad que hasta 2022 afectaba a mil millones de personas del planeta y que se ha convertido en el principal factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares: diabetes mellitus, hipertensión y cáncer.
Cuenta con el Programa de Prevención y Regresión del Sobrepeso y la Obesidad (PPRESyO), el cual opera en algunas unidades médicas de primer nivel de atención de cada entidad de la república mexicana y es atendido por equipos multidisciplinarios de nutriólogos, médicos y activadores físicos, servicios a los que pueden ser referidas las y los afiliados por sus médicos familiares.
El Atlas Mundial de la Obesidad 2023, publicado por la Federación Mundial de la Obesidad, estima que 51 por ciento de la población mundial podría verse afectada por sobrepeso u obesidad en 2035, si no se modifican las tendencias multifactoriales, y ubica a México entre los países de mayor prevalencia en la región de las Américas.
Este programa es una de las acciones que implementa el Issste para hacer frente a la inercia, así como la inclusión de módulos de antropometría para la detección de sobrepeso y obesidad, y de orientación nutricional, en ferias de la salud organizadas por el programa Ecos para el Bienestar en centros de trabajo del sector público y diversas comunidades del país.
De acuerdo con la encuesta Ensanut 2018-19, en México uno de cada tres niñas y niños en edad escolar, alrededor de 35 por ciento de adolescentes y más de 75 por ciento de población adulta presentaban sobrepeso u obesidad.
En el Issste, el Anuario Estadístico 2022, reportó que en el periodo de referencia se detectaron 56 mil 371 casos nuevos de obesidad, con una tasa de 410.5 por cada 100 mil derechohabientes.
La pandemia de COVID-19 contribuyó al aumento de casos de obesidad, pues también identificaron que en algunos pacientes referidos a este servicio se dio un incremento del 10 a 20 por ciento de su peso en el periodo pospandemia, lo que habla de la importancia de brindarles el apoyo.
Se busca que los derechohabientes reaprendan a comer, reeduquen el paladar, mejoren parámetros metabólicos de laboratorio y obtengan mejor composición corporal aumentando masa muscular y disminuyendo tejido adiposo.
Para llevar un mejor estilo de vida se recomienda hacer tres comidas equilibradas diarias en horarios establecidos, evitar el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, realizar actividad física mínimo 30 minutos diarios cinco días a la semana, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, hidratarse con agua natural, dormir bien y disfrutar lo que se hace.
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