Felicidades a la afición Atlista por el logro obtenido, Jalisco ha demostrado una diferencia en la mentalidad deportiva, y eso es muy bueno para México.

08 – De un solo toque: Al bi

Espero esté usted teniendo un buen día. 

Antes que otra cosa, un abrazo a la comunidad deportiva jalisciense, y de todo México. Un par de semanas atrás vivimos dos derrotas que dividían la emoción entre los aficionados al deporte, la de Chivas ante Atlas, y la del Canelo ante Dimitry Bivol.

Una de las derrotas traía en la otra cara de la moneda, alegría para su contrincante, el hoy bi-campeón Atlas de Guadalajara. 

(Pero antes de llegar a eso, permítame un par de párrafos más).

Jalisco se ha convertido en un referente del deporte a Nivel Nacional, desde hace ya algunos años, en el ámbito más notable -la liga mexicana de fútbol varonil- es donde los resultados son más evidentes y llamativos, pero hay varias disciplinas y esfuerzos que representan también tiempo, trabajo y sobre todo constancia.

El estado del Mariachi y el Tequila, es: 

  • 20 veces campeón de la Olimpiada Nacional
  • Cuna del todavía mejor boxeador -al menos en los papeles- libra por libra
  • Hogar de las campeonas de la liga femenil
  • Garage del primer Mexicano en ganar el Gran Premio de Mónaco
  • Parque de los recientes campeonatos de los Charros en el baseball
  • Y cancha del tercer equipo que ha logrado un bi-campeonato en la historia moderna de los torneos cortos.

¿Qué significa todo esto? Significa que sí se puede.

Que con trabajo, esfuerzo y disciplina, los sueños son conseguibles. Nos lo dice la mentalidad deportiva de un estado, y es obligación de los jaliscienses y de todo el país, aprender de ello para transformar nuestro futuro.

El equipo que tenía 70 años sin lograr un campeonato, logró dos seguidos.

¿Cómo? Con una afición esperanzada, una institución confiada en directiva y jugadores, pero sobre todo con la construcción de una identidad y un estilo deportivo.

Ahora toca a la afición del Atlas, convertirse en el ganador que los demás no fueron cuando estaban ahí. 

Han salido de la aspiración para convertirse en el logro -como algunos otros han hecho- y con ello tienen el compromiso de encaminar a los que comienzan a creer.

Los hijos, sobrinos, aficionados ocasionales -que se han convertido en permanentes-, e incluso los que cambiaron de bando, o los que gustan de emocionarse con la cercanía del triunfo: deben recibir algo más que arrogancia, desenfreno y estridencia. 

La celebración, el festejo, la alegría y la euforia son parte importante del triunfo, como importante es el disfrute y la emoción; pero de ahí sigue la responsabilidad de la `correctitud´ de respetar y hacer respetar el juego, los valores, la vida y la justicia social y deportiva.

De no solapar la ilegalidad, inmoralidad, corrupción y de colaborar a la transformación de una sociedad, a partir de lo bueno, para terminar poco a poco con lo malo.

Enhorabuena a la afición Atlista: esto es un premio a su constancia y pasión.

Felicidades a jugadores y directiva -que con o a pesar de situaciones externas- han logrado darle una satisfacción enorme a sus seguidores. 

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